Barreras y facilitadores para la Vigilancia Tecnológica

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Esta vez queremos hablar sobre las barreras y facilitadores que nos hemos encontrado a lo largo de estos años para implementar sistemas de Inteligencia Competitiva y Vigilancia Tecnológica en las empresas. La lista que vamos a exponer son una síntesis del feedback obtenido durante más de 13 años de experiencia en el mercado y reflejan la realidad de distintos tipos de organizaciones, desde las más grandes hasta más pequeñas y en sectores tan transversales como la máquina herramienta, banca o alimentación.

La excusa o barrera que se repite con más frecuencia y que supera al resto con creces es la percepción que se tiene sobre la falta de tiempo. Sin duda, la rutina del día a día es el peor enemigo de la IC:

Estas son las principales barreras:

  • Percepción de falta de tiempo o priorización de otras tareas.
  • Responsable con poco poder de mando.
  • Actitud inicial poco adecuada, por desconocimiento y experiencias previas.
  • Sobrecarga de trabajo de personas clave.
  • Exceso de detalle en la definición de los FCV.
  • Dificultad para hacer equipo entre departamentos.
  • Dificultades en la puesta en valor de la información generada.
  • Reducción de recursos.
  • Falta de explotación de los resultados.

 Y estos los principales facilitadores:

  • Respaldo de la dirección y compromiso por impulsarlo dedicando recursos.
  • Generación de información cercana a las necesidades reales.
  • Correcta definición de los Factores Críticos de Vigilancia.
  • Experiencia en actividades de IC de varios participantes.
  • Responsable con poder decisorio y experiencia.
  • Analistas comprometidos.
  • Soluciones personalizadas.
  • Correcta selección de la herramienta informática que ofrezca una solución fiable para la captura y difusión de la información.
  • Comenzar por pequeño para después escalar.

 

También citaremos algunas claves para que la implementación del proyecto tenga más probabilidades de éxito:

  • Establecer objetivos realistas y factibles.
  • Definir y distribuir responsabilidades.
  • Inclusión en el planteamiento estratégico de la compañía.
  • Planificar a nivel estratégico y táctico.
  • Definir los FCV acorde con los recursos y realidad empresarial.
  • Dimensionamiento, valoración de necesidades y asignación de recursos con un proyecto piloto.
  • Difusión de los resultados, incorporándolos a la toma de decisiones.
  • Sensibilización y predisposición hacia la Vigilancia Tecnológica.
  • Cultura empresarial abierta.
  • Implicación de los responsables de la empresa y liderazgo desde el ejemplo.

 

Como conclusión, es importante entender que la Inteligencia Competitiva es un procedimiento sistemático basado en las Normas UNE 166.002 y 166.006 que mejora la eficiencia de nuestros procesos diarios y no es una tarea añadida. Nos facilita capturar y valorar información para tomar decisiones de forma más segura y rápida.

Innguma automatiza los procesos de las normas UNE, lo que supone una mejora radical en la productividad diaria. ¿Sigues pensando que no tienes tiempo?

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