La colaboración es imprescindible para abordar los retos, desde la crisis del COVID-19 hasta la Inteligencia Competitiva

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En los difíciles momentos que estamos afrontando y nos queda por afrontar, no todo son malas noticias. Estamos viendo florecer el lado más humano de las empresas, bien sean grandes o pequeñas, cada uno en su medida y creemos que estos momentos son los mejores para detenernos y reflexionar sobre el acusado ritmo competitivo en el que estamos inmersos. Esta situación causada entre otros aspectos por la globalización ha demostrado que ser fuertes, solidarios y colaborativos con nuestro entorno, es la mejor manera de seguir evolucionando como humanos.

Hemos visto ejemplos de empresas ofreciendo cantidades de dinero para destinarlo a la compra de material sanitario, incluso pequeñas empresas que han facilitado sus recursos o mantienen a toda su plantilla aun estando en situaciones delicadas con el objetivo de remar en la misma dirección y sumar fuerzas por la misma causa. El ser humano es colaborativo y altruista por naturaleza, como se está demostrando, pero este hecho no es nuevo, ya que lo afirmaban en la obra “Origins of Altruism and Cooperation” publicada por Springer.

Es verdad que la vorágine económica y global en la que vivimos ha impulsado a la mayoría de las sociedades hacia un individualismo económico que se ha sustentado sobre la competitividad y exigencia, pero estamos viendo que es el momento de cambiar el rumbo hacia un modelo más colaborativo, para construir una sociedad más sostenible y responsable.

Sin embargo, el objetivo de hoy es hacer el paralelismo sobre todo este movimiento que mencionamos con el mundo de la Inteligencia Competitiva, ya que la parte colaborativa y ética son dos partes intrínsecas en todo proceso de Vigilancia que queramos establecer. En este post hablamos sobre la importancia de compartir información para construir un criterio sólido y por tanto una empresa competitiva.

Es importante entender la diferencia entre disponer de información y dotar de inteligencia a dicha información. Conocemos grandes ejemplos históricos, como ocurrió en California con la fiebre del oro, donde la misma información llevó por distintos caminos a personas como Levis Strauss o a los mineros que fueron en busca de oro. Todos disponían de la misma información, pero no todos la interpretaron de la misma manera y es aquí donde reside la importancia de colaborar en el ámbito de la Vigilancia e Inteligencia Tecnológica.

Hemos visto casos donde pudiendo abrir el conocimiento a varios departamentos, la información ha quedado reservada para algunas islas dentro de la empresa, perdiendo así la perspectiva que aportan otros puntos de vista.

Sin embargo, también están las empresas con un nivel avanzado en el ámbito de la Vigilancia e Inteligencia que internamente tienen una sistemática establecida para filtrar y compartir conocimiento y así aportar mayor criterio en la toma de decisiones.

Finalmente, están los casos en los que además de establecer una sistemática interna, tienen capacidad de colaborar en red con otras empresas del ámbito o cadena de valor, con el principal objetivo de extender su conocimiento y buscar nuevas oportunidades, desde acudir juntos a clientes, presentarse a concursos públicos o desarrollar proyectos de innovación abierta.

Estos momentos evidencian más que nunca la importancia de colaborar con nuestro entorno más cercano y dejar de lado la rivalidad, dado que la cooperación ha sido la que nos ha hecho sobrevivir durante siglos. Para terminar, recomendamos leer este post que publicamos en Octubre sobre cómo aprovechar la Inteligencia Competitiva y Vigilancia tecnológica en circunstancias adversas.

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